22/10/09

Quién no ha querido a una diosa licántropa
en el ardor de una noche romántica.
Mis aullidos son el llamado
yo quiero un lobo domesticado.

Por fin he encontrado un remedio infalible
que borre del todo la culpa.

No pienso quedarme a tu lado
mirando la tele y oyendo disculpas.
La vida me ha dado un hambre voraz
y tu apenas me das caramelos.
Me voy con mis piernas y mi juventud 
por ahí aunque te maten los celos.

Una loba en el armario
tiene ganas de salir,
deja que se coma el barrio
antes de irte a dormir.

Tengo tacones de aguja magnética
para dejar la manada frenética
La luna llena como una fruta,
no da consejos ni los escucha.

Llevo conmigo un radar especial para localizar solteros,
si acaso me meto en aprietos
también llevo el número de los bomberos.
Ni tipos muy lindos, ni divos,
ni niños, ricos yo se lo que quiero;
pasarla muy bien y portarme muy mal 
en los brazos de algún caballero.


Una loba en el armario
tiene ganas de salir,
deja que se coma el barrio
antes de irte a dormir.

Cuando son casi la una 
la loba en celo saluda a la luna,
duda si andar por la calle 
o entrar en un bar a probar fortuna; 
ya está sentada en su mesa 
y pone la mira en su próxima presa,
pobre del desprevenido 
que no se esperaba una de esas.


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